viernes, 17 de agosto de 2007
¿Qué pasa con el Domingo de Ramos malagueño?
Ahora que el Cortijo de Torres está próximo a cerrar sus puertas por un año más y ya que el verano empieza a dar sus últimos coletazos por esta bendita tierra, asistiremos pronto, ritual obligado de cada año, a los agrios debates sobre los horarios e itinerarios de la no tan lejana próxima Semana Santa. Sin duda, y como viene siendo habitual en las últimas ediciones, el Domingo de Ramos volverá a ser la jornada más polémica, y ese es el tema que quiero abarcar en este rincón internauta en el que libremente exponemos nuestros pensamientos, ideas y sentimientos sobre distintas facetas de nuestra Semana Santa, entiéndase que el "nuestra", al menos para mi, abarca la Semana Santa de toda Andalucía, aunque en este caso me ciña exclusivamente a Málaga.
A pesar de lo que debiera ser, las reuniones de horarios e itinerarios se han ido convirtiendo en un delicado juego de intereses en el que cada Hermandad no sólo defiende, de una manera más o menos limpia, lo que consideran más conveniente para el lucimiento de sus respectivas Estaciones de Penitencia, procesiones o desfiles sin
más, sino que, incluso, intenta evitar todo aquello que pueda hacer "peligrar" su particular posición.
Y esto es lo que ha venido ocurriendo en los últimos años con el tema de la Virgen de Lágrimas y Favores, titular también, por quien no lo sepa, de las Reales Cofradías Fusionadas que procesiona con el resto de imágenes (hasta cuatro tronos) en la jornada del Miércoles Santo. No se sabe si por temas personales que atañen a integrantes de distintas Hermandades del Domingo de Ramos, o si por temor de algunas Hermandades a perder público o simplemente porque no se quiere contribuir a engrandecer nuestra Semana Santa, pero la cuestión es que cada año se le siguen poniendo trabas a ese grupo de hermanos de esta hermandad que luchan por hacerse con un hueco en la jornada inaugural de nuestra Semana, en la que han estado presentes, tampoco se le olvide a nadie, durante más de sesenta años, aunque de una forma muy distinta. Primero se optó porque procesionara en el primer lugar de la tarde del Domingo de Ramos; después por que fuera detrás de Pollinica; y no sabemos si este año habrá más sorpresas o no
Resulta incomprensible, a mi modo de ver, la escasa colaboración que existe entre nuestras Hermandades, e, incluso, en muchas ocasiones, los intereses de algunas Hermandades en perjudicar a otras. Evidentemente, el Domingo de Ramos es una jornada con un número considerable de Hermandades y en el que faltan dos palios por incluir, pero no es menos cierto que hueco para un cortejo de 20 o 30 minutos hay, y de sobra. De hecho sigue estando libre el espacio que el Huerto dejó cuando emigró desde su entorno de los Mártires para iniciar su desfile procesional desde un barrio del Perchel en el cuál carece de todo arraigo. No obstante, no es éste el problema de la sección de Lágrimas y Favores.
El Domingo de Ramos es el día que más ha cambiado en los últimos años, no sé si para bien o para mal, hasta el punto de convertirse en una jornada completamente distinta a la que conocí en mi infancia y a la que abandoné cuando empecé a viajar hace ya una década. Era, sin duda, la jornada más completa, en la que incipientes Hermandades iban logrando con mérito su hueco a la vez que iban aportando aires renovadores a nuestra Semana Santa. Poco queda ya de eso.
Recuerdo mis primeros Domingo de Ramos, que se abrían a las 8 de la mañana con el Rosario de la Aurora de Lágrimas y Favores, tradición que la Hermandad de Fusionadas no ha tenido inconveniente en cargarse por completo, tras 62 años de celebración. Era punto de encuentro de los hermanos y de los vecinos de la feligresía de San Juan que, año tras año, volvían junto a su Virgen para dar testimonio de fe por las viejas calles de ese entorno del centro de nuestra ciudad. La Semana Santa no es sólo bambalina o plata, ni chicotá o recorrido oficial, hay más, y no se deben sacrificar ciertos actos.
El resto de la mañana era ocupado por la alegre Hermandad de la Pollinica que, desde Pedro de Toledo, en el entorno de la Catedral, iniciaba su procesión anunciando que Jesús entraba en nuestro particular Jerusalem malacitano. La Hermandad de la Pollinica tenía el privilegio único de recibir los primeros toques de campana por parte del alcalde de la ciudad, en aquel tiempo Pedro Aparicio. Cuanto ha cambiado la Semana Santa también en este aspecto desde que el PP ocupara el Consistorio y globalizara todas las salidas de Hermandades. Ahora el destino ha querido que esta Hermandad vuelva a pasar por las calles de su barrio de siempre algo más de dos décadas más tarde.
La tarde era ocupada por el Prendimiento, la Cena y el Huerto. Después llegarían Humildad, Salud, Salutación y ya, bastantes años más tarde, Dulce Nombre ( de esta última Hermandad no hablaré porque no formaba parte de los Domingos de Ramos que yo conocí ). Recuerdo las primeras Estaciones de Penitencia de la Hermandad de Humildad, o Ecce Homo, como era más conocida en sus comienzos, que eran el más perfecto ejemplo que teníamos de lo que debía ser una Hermandad en la calle. La juventud de esta Hermandad contrastaba con la solera e impronta que dejaba en nuestras calles. Poco queda ya de esa Hermandad a la que el magistral Casielles supo aportarle su sello más auténtico, y que durante años constituyó el contrapunto a nuestra Semana Santa. Eran conocidos como los Servitas blancos; ahora resulta casi imposible aplicar este calificativo a esa Hermandad en manos de un particular personaje que ha tirado por la borda el trabajo de tantos años de un grupo ilusionado y que supo aportar algo distinto a nuestra Semana Santa.
La Hermandad de la Salud también supo aportar algo distinto a nuestra Semana Santa. Su marcado carácter de barrio, el apostar por bandas de otras capitales andaluzas, el repertorio seleccionado para acompañar al palio, el toque granaderos, el elegir calles estrechas del barrio para procesionar. Fueron muchos detalles los que hicieron que esta Hermandad irrumpiera con fuerza en una Semana Santa que seguía anquilosada en los años 70. Hoy en día poco queda ya también de eso. La Hermandad se ha convertido en una Hermandad preocupada únicamente por sus "velas rizás" y por "dar botes" el Domingo de Ramos, pero careciendo por completo de vida interna durante el resto del año. Resulta paradójico que una de las Hermandades que apostó por salir del interior de nuestros Templos, opte ahora por efectuar su entrada en su Casa de Hermandad, algo ridículo ya en estos tiempos, que da muestra de las mentalidades imperantes en esta Hermandad del barrio de la Trinidad. La inclusión del paso del Cristo, no obstante, ha venido a mejorar la calidad del patrimonio de esta joven Hermandad, calidad ausente por completo en cuanto al paso de palio se refiere.
Salutación, desde sus inicios, también vino dando buenas muestras de arte y ejemplaridad cofrade. Con un tono más serio que la anterior, la corporación de San Felipe, supo conjugar una solemne puesta en escena en la calle con un cortejo numeroso, y dio muestras sobradas de lo que entienden como una Hermandad "seria", pero de Domingo de Ramos; de capa, pero sin la idiosincracia propia de un barrio que no le respalda. Hoy por hoy, se ha convertido en otra Hermandad que vive de la renta de un glorioso pasado reciente, pero que no avanza en absoluto. De hecho, pronto se cumplirán las bodas de plata de la Hermandad, y aún no hay fecha para que el palio del Patrocinio vea la luz. Incomprensible.
La Cena constituía, por su parte, una de las Hermandades fundamentales e imprescindibles del primer día de la Semana. La espectacularidad de sus tronos, la belleza de la Virgen de la Paz, la grandeza, que no calidad, del misterio eran elementos suficientes, al menos desde mi punto de vista, que avalaban el encanto que, hoy en día, y a pesar de todo, sigo viendo en esta Hermandad. Recuerdo con añoranza terminar los Domingos de Ramos, ya bien entrada la madrugada, acompañando al palio de la Paz por esos callejones del Perchel, que ya no existen. Es una de las estampas que guardo de mi infancia. La Hermandad de la Cena incomprensiblemente optó por cargarse sus principales señas de identidad; abandonó el Domingo de Ramos para asentarse en una jornada en la que no termina de cuajar; abandonó el Perchel para trasladarse al Centro, en uno de esos enclaves en los que ya residen muchas Hermandades; en definitiva, que poco queda ya de esa Cena de la Estación que cada Domingo de Ramos paseaba por el centro con más esfuerzo que gracia, pero que tenía cierto encanto. Su marcha al Jueves Santo fue perjudicial tanto para la propia Hermandad como para el conjunto del Domingo de Ramos. Complicado me resulta que, a pesar de las intenciones de algunos de sus hermanos, la Cena vuelva a ocupar un lugar en el Domingo de Ramos.
El Prendimiento, por su parte, es la única Hermandad de la jornada que estamos comentando que, a mi juicio, ha vivido una evolución más que positiva. Manteniendo sus características y su sello, detalles que me parecen fundamentales, la Hermandad ha sabido potenciar su patrimonio y ha realzado su puesta en escena en la calle, aunque aún le falten ciertos detalles externos, como es un acertado acompañamiento musical de ambos tronos. El Prendimiento es una Hermandad grande, que cuenta con un gran respaldo popular y que ha sabido mejorar muchos aspectos, manteniéndose ajenos por completo a influencias de otras capitales, lo que me parece muy positivo. El resultado impecable. En mi opinión, el secreto de la Semana Santa de Málaga se encuentra en el contraste entre las Hermandades "nuevas", que supieron aportar nuevos elementos a nuestra Semana Santa; y las Hermandades de siempre, con sus tronos grandes y su particular forma de entender la Semana Santa. Y entre este último grupo de Hermandades, a mi juicio, el Prendimiento constituye uno de los mejores ejemplos.
El Huerto es otra Hermandad que ha cambiado de una manera considerable con respecto a cuando yo la contemplaba. De ser la Hermandad que cerraba el Domingo de Ramos, ha pasado a ser la que la abre, aportando, por tanto, estampas muy distintas a las tradicionales que teníamos de esta Hermandad de los Mártires. Asimismo, abandonó su enclave natural para trasladarse al barrio del Perchel para iniciar su procesión desde su recién inaugurada Casa de Hermandad, cambiando, por tanto, el encanto de la plaza de los Mártires y Comedias por las particulares pérgolas existentes en el lateral del Guadalmedina y por el puente de la Esperanza. Enclave que poco tiene que ver con esta Hermandad.
Recapitulando, en tan sólo 10 años, el Domingo de Ramos se ha convertido en una jornada completamente distinta a la que yo conocí. Evidentemente, la Semana Santa es un fenónemo en constante evolución, pero en este caso, creo que nos encontramos más bien ante una transformación que ante una natural evolución: Hermandades que se han ido, otras que se han incorporado, constantes cambios en los órdenes de procesionar de las Hermandades ( como ejemplo, Humildad empezó a procesionar la primera de la tarde del Domingo de Ramos y año tras año fue avanzando posiciones hasta que, hoy día, viene a ser la última ), Hermandades que se han trasladado a otras zonas de la ciudad, pérdida considerable del carácter y calidad de las denominadas "Hermandades nuevas"...
En definitiva, demasiados cambios en una jornada que ya era redonda hace 15 años y que, hoy por hoy, la considero demasiada problemática y con mucho menos encanto que otras de las jornadas de nuestra Semana Mayor. Y aún queda por determinar la definitiva posición que ocupará el palio de Lágrimas y Favores, así como la incorporación del palio del Dulce Nombre para el próximo año, y de la casi desconocida Virgen del Patrocinio a medio o largo plazo, pero esos temas ya los abordaremos en su tiempo.
SANTELMO86
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